Una de mis más grandes penas nerd es justamente que nunca podré experimentar Evil Dead, la trilogía original por primera vez, en un cine lleno de otros tantos frikis ruidosos y confrontacionales, con los que pueda reír gritar y aplaudir como simio viendo estas obras de arte. Y eso me duele en el alma. Es una pena cómo ese ritual colectivo y tan romantizado cómo es el de ir a premieres en compañía de tu gente, va a desapareciendo poco a poco...