PHILOMENA

A continuación, la película nominada al Oscar que nadie va a ver... pero deberían...

Philomena fue una película que sorprendió a todos por sus nominaciones al Oscar, sobre todo cuando apareció en las listas por encima de Inside Llewyn Davis de los Coen. Steve Coogan y Judy Dench son dos de mis personas favoritas en el mundo del entretenimiento, y no necesitaba más excusa que su dupla aquí presente para ver esto, pero su nominación al Oscar, debo admitir, fue lo que la que hizo ascender unas posiciones en mi lista. Muchos la ven cómo una película X que pueden obviar, habiendo opciones más divertidas o conocidas entre las nominadas. Esto es un error si me preguntan. Philomena facilmente es una de las películas más hermosas, emotivas y bien hechas del 2013 y merece cualquier premio que llegue a obtener, con suerte. Me hace preguntarme que otras películas estoy omitiendo y debería haber visto.

El guión escrito por Coogan y Jeff Pope encapsula maravillosamente el libro en el cual está basada la película acerca de la búsqueda de una mujer llamada Philomena Lee del hijo que le fue arrebatado por unas monjas irlandeses, para luego ser vendido a una pareja estadounidense simplemente porque ella lo había tenido fuera del matrimonio, en una momento en el que eso era considerado un pecado casi imperdonable. Lo más sorprendente de la película es que a pesar de que la historia suena a ser un "dramón de interés humano", como claramente nota Martin Sixsmith, el periodista que escribe la novela y ayuda a Philomena, (interpretado magníficamente por Steve Coogan), es a pesar de todo una película realmente divertida. Sí, es una historia desgarradora , pero contada con una buena dosis de humor natural y simpatía, sin apelar a lagrimeo barato, (aunque para ser francos, tienes que estar hecho de piedra o tener un corazón muy negro para que la historia no te conmueva hasta las lágrimas). 

Esto es en parte a las actuaciones Steve Coogan es magnifico, cómo es de esperarse, pero el show es de Judi Dench. Esto podría fácilmente haberse convertido en un alarde de histrionismo actoral, y sin embargo, Dench minimiza el papel casi al punto de la invisibilidad; nunca vemos a la actriz en la pantalla, sino a la mujer increíble que ella interpreta. Su Philomena radia ese extraña y fascinante personalidad de madre de la vieja escuela; una mezcla hipnotizante de carisma y sabiduría de persona mayor, culpabilidad de una religiosidad muy arraigada, generosidad humilde, inferioridad modesta y sobre todo el más grande corazón del mundo, que parece querer proteger, simpatizar y amparar a todo el mundo. Verla agradecer a todo quien le presta algún servicio, o contar la trama de una de sus aburridas novelas que está leyendo como si fuese la cosa más interesante del mundo, es encantador. Verla admitir que necesitaba un tiempito a solas para llorar, o disponerse a tomar cartas en el asunto  con sus propias manos cuando se quedan sin opciones, están entre los momentos más enternecedores, poderosos y sentimentales que he visto en el cine el 2013. 

Sobre todo, es un estudio muy real sobre como la bondad puede triunfar sobre el mal. Sin duda alguna, Philomena Lee, según lo retratado aquí, es una persona verdaderamente buena y el sistema contra el que termina peleando, aun cuando no sea por elección propia, es decir la Iglesia Católica en Irlanda, es en este caso, una entidad del mal. Pero Philomena nunca muestra amargura ni odio. Simplemente no está en su naturaleza el hacerlo. Muestra que el amor, fe y sobre todo, piedad verdadera, pueden ser respuestas definitivas cuando nos enfrentamos a ignorancia, intolerancia, fanatismo y odio.